Parece una cosa sencilla el hecho de colgar unas banderas en las calles para que el viento las mueva durante el mes de marzo, pero para nuestra comisión es algo más, es herencia y tradición, es engalanar nuestro barrio para empezar a dar la bienvenida a nuestras tan esperadas fiestas.
Desde las segunda semana de febrero la juventud de nuestra falla coge el carrito, la escalera y las banderas y se dispone a colgarlas por toda nuestra gran demarcación, pasando desde Antonio Ponz y Cavite hasta la Gran Avenida Malvarrosa desde el principio hasta el final y el 22 de marzo con la resaca de las fallas se vuelve a sacar el carrito del casal y esta vez la guadaña con la que cortamos todas las banderas y con esto cerramos el ciclo hasta el año que viene.
Tradición inculcada desde fundadores hasta falleros recién llegados, de abuelos a nietos. Los pioneros en colocar banderas bajaban por la mañana al casal a hacerse el típico almuerzo y después a poner banderas y como las costumbres cambian ahora bajamos a cenar al casal y se colocan de noche, pero el resultado es el mismo preparar las calles para la llegada de nuestra semana grande.
Este trabajo que muchos disfrutamos se ha mantenido hasta en las históricas fallas de septiembre, es el legado que hemos recibido y que sin duda seguiremos haciendo.